Inspirado en un hecho real ocurrido tras la liberación de París al final de la II Guerra Mundial, dos jóvenes judíos de origen polaco, Ana y Zygmunt, supervivientes del Holocausto, coinciden casualmente a principios de los años 50, en una cafetería parisina. Es allí donde sus almas se unen y entablan tímidamente una conversación que, poco a poco, les hace liberarse de sus fantasmas del pasado. Así encuentran ese anhelo de amor inesperado que les da fuerzas para agarrarse a la vida con más ganas que nunca.
Conforman el reparto Sara Batuecas (Ana), Franco Sakkal (Zygmunt), Ángela López Aguilar (Golda), Fernando Bodega (Claude Pepinot) y Francisco Martínez Vélez (Tiempo/ Camarero). Todos ellos imprimen a sus personajes la fuerza, el misterio, el encanto y el dolor que atraviesan todas las vidas.
- La historia dónde se desarrolla la obra “Un recuerdo después del holocausto”, está ambientada en París de los años 50 tras haber sido devastada por la II Guerra Mundial, como actor, ¿cómo te sientes al ponerte en la piel de un personaje cuya vida transcurre en ese periodio tan terrible?
Es un desafío a la vez que un torbellino de emociones, el proceso fue muy enriquecedor y muy apasionante a la vez, meterte en la piel de Claude fue duro y emocionante a partes iguales. Interpretar a este personaje fue un mar de sensaciones y reconozco que es un superviviente como la copa de un pino.
- ¿Qué aprendes de esta historia? ¿Empatizas con la situación que vivieron miles de personas en aquella época?
Aprendí y sigo aprendiendo mucho a día de hoy. Me encantaría llevar esta obra por todos los teatros, la gente tiene que saber que esto pasó y que forma parte de la historia, es un aprendizaje total. Las nuevas generaciones tienen que conocer la historia que se esconde detrás de este hecho que marcó a una sociedad completa y al mundo entero. Fue terrible.
- Al tratarse de una obra basada en hechos reales, ¿ayuda o crea respeto a la hora de interpretar a tu personaje?
Ambas cosas. Saber que esta obra tiene una historia real detrás, es verdaderamente emocionante. Aunque claro, también genera respeto. Como actor, en todas las funciones quieres dar lo mejor de ti, pero cuando se trata de obras basadas en hechos reales, tienes una responsabilidad que compete a la persona que fue la protagonista de verdad. Es su historia, y nosotros nos encargamos de transmitirla al público.
- ¿Qué repetirías de esta aventura con la directora Carolina Perelman Bellido? ¿Cómo fue trabajar con ella?
Sin duda, trabajar con ella ha sido lo mejor de este 2021, un verdadero regalo. Trabajar, por supuesto, trabajar con mis compañeros de reparto. Tanto con Carol como con Samuel, son un pack perfecto, es la hostia currar con ellos.
- En esta historia también se habla del amor como herramienta reparadora para cualquier persona que haya pasado por una circunstancia tan atroz como la que sufrieron los protagonistas, ¿Qué puedes destacar de ello?
El amor que se tenían el uno del otro y que, sin duda, representa el símbolo de la unión entre dos personas supervivientes. Es increíble cómo el ser humano puede reponerse de hechos históricos tan devastadores … será el poder del amor, ¿no?
- El amor, la fuerza, el misterio, el encanto y el dolor, son sentimientos que atraviesan todas las vidas de los personajes. ¿Con cuál te identificas más?
El misterio, totalmente. El no saber qué va a pasar al final de cada frase, si los protagonistas serán capaces de superar los traumas vividos y lanzarse a un amor loco y arriesgado. Es genial, toda la obra está impregnada de ese misterio que la hace irresistible.
María Casajust.