La gestión de Fernando Santiago ha funcionado como un dispositivo transformador dentro de la profesión, alentando con sus muchas propuestas para la digitalización, la modernización de los miles de Gestores Administrativos que operan en nuestro país.
Además, Santiago ha impulsado la digitalización de la administración pública, ha suscrito convenios de colaboración con la DGT, para facilitar distintos tipos de tramitación, con Extranjería dinamizando el colapso existente y con administraciones locales o autonómicas que han tenido como principal destinataria a la ciudadanía.
Hoy, Fernando Santiago revisita, junto a Urban Beat, los últimos quince meses. Quince meses desde que el mundo se sumergiera en la larga y oscura noche de la pandemia. Quince meses en los que el presidente de los gA ha trabajado incansablemente para que la voz de los más desfavorecidos resonara con fuerza en los medios, y llegara nítida a la clase dirigente.
Comparece la emoción, la convicción y la determinación al hablar alto y claro de todas aquellas cosas que no se hicieron, que se hicieron mal o que pudieron haberse hecho mejor.
- Su gestión al frente de los gA se caracterizó por la modernización de una profesión. Pero también por aumentar su influencia y participación en el espacio público y mediático. ¿Como describiría ese proceso de transformación?
La primera parte de tu pregunta, la relacionada con la modernización de la profesión, es el objetivo principal que me llevó a la presidencia del Colegio de Madrid hace ya diez años. Los gA siempre nos hemos vanagloriado de ser pioneros, innovadores, y estábamos en un momento complicado. Muy vinculados a tráfico. Eso si, con plataformas modernas para agilizar los trámites con la DGT. Pero necesitábamos dar el salto. Modernizar otros trámites y buscar nuevos nichos de negocio para los gestores administrativos.
Es evidente que para ocupar el lugar que nos merecemos, en función de la actividad que realizamos, debíamos darnos a conocer. Pero nuestra inversión, en recursos económicos y en tiempo, estuvieron hasta 2020 más dirigidos a la modernización antes citada. Sin embargo, el pasado año comprobamos que teníamos que alzar la voz en defensa de los ciudadanos, las pymes, los autónomos y en defensa de nuestros propios compañeros. Esto nos ha permitido posicionarnos adecuadamente.
Queda mucho por hacer, pero hoy partimos de una posición más privilegiada que hace dos años.
- A lo largo de esos once años usted vivió el punto álgido de una crisis financiera (2010) como fue la de 2008. Vivió también la muy discutida recuperación y el inesperado regreso del fantasma de la recesión, vivida recientemente. Como profesional y como ciudadano, ¿qué ha aprendido de todos esos procesos de ascenso y caída?
Lo primero, hay que diversificar. Porque es raro que todo se caiga a la vez. Lo hemos visto durante la pandemia. Los ingresos por tráfico desaparecieron casi, no se transmitían vehículos. Sin embargo, se han hecho muchos ERTE, se han presentado impuestos, se han tramitado ICO, ahora las subvenciones. Por tanto, es preciso diversificar.
Lo segundo, tenemos que acompañar a nuestros clientes. Conocemos perfectamente su situación, sus necesidades, sus fortalezas. Hay que ser conscientes de ese bagaje y ponerlo en valor.
Por último, tenemos que empezar a creernos que, aun siendo un colectivo pequeño, tratamos con un porcentaje muy importante del tejido productivo español. Por tanto, tenemos más capacidad de la que creemos para ocupar un lugar destacado en cualquier momento.
- ¿En qué momento se encontraba (como máximo representante de los gA) cuando llegó la pandemia?
Como presidente de los gestores administrativos, estaba en medio de un proceso de crecimiento importante. Diez convenios firmados en 2019 y con vistas a superarlo en 2020. Se ha demostrado que ese es el camino y que haber comenzado hace algún tiempo la diversificación nos ha permitido a muchos resistir.
Como empresario, en pleno crecimiento. No he hecho ERTE, mis empleados han cobrado, he seguido y seguiré con mis planes de crecimiento. Pero no olvide una cosa: he sufrido mucho con mis clientes, junto a ellos. He visto desaparecer a algunos, no dormir a muchos, la angustia de todos. Y eso deja marca. Dos períodos de esta naturaleza tan cercanos, y una gran incertidumbre que aun no se ha resuelto.
- ¿Cuáles fueron los principales aspectos sobre los que consideró imprescindible intervenir?
El día anterior a decretarse el estado de alarma, como presidente de los Gestores Administrativos, pedí a nuestros gobernantes que suspendieran el calendario fiscal y laboral. Veíamos la que se nos venía encima. Que uno de los principales problemas sería la falta de liquidez. Quisimos intervenir para mitigar este perverso efecto, que incluso ha sido mayor de los que esperábamos. Desde entonces, no hemos parado de manifestar que la prohibición de trabajar ha supuesto serios problemas de liquidez y que, o se solventan de forma estructural o medidas a medias, coyunturales (como lo son las moratorias o los aplazamientos de los ICO) no van a ser suficientes para muchos negocios.
- ¿Cómo se preparó la profesión ante esta situación?
En serio, ¿usted cree que alguien se puede preparar para esto?, ¿usted cree que alguien preveía, antes de decretar el estado de alarma, que esto sería así? Mire, lo que hemos hecho ha sido adaptarnos muy deprisa, porque somos ágiles y conocemos bien los negocios. Pero estar preparado, dudo que estuviera alguien preparado.
- Su presencia en los principales de medios de comunicación aumenta. Elabora un discurso que interpela a la clase dirigente. ¿Qué ha dejado al descubierto esta crisis en materia institucional?
Que nuestros dirigentes no han tenido la agilidad que hemos tenido nosotros para adaptarse. Que les ha faltado conocimiento de los negocios, de poner en marcha normas y, sobre todo, que no se han dejado asesorar por quienes sabíamos.
- ¿Y como sociedad?
Eso ya lo mostró la crisis financiera: sin dirección, los empresarios y los autónomos son capaces de seguir trabajando para sacar adelante este país.
- En este transcurso ha elaborado un paquete de 25 medidas para paliar los efectos de la crisis. ¿Qué hizo necesaria esta iniciativa?
Nuestra percepción es que quienes gobiernan no han sido capaces de conocer lo que les preocupa a los negocios, no han sido capaces de conocer sus debilidades y fortalezas, y ha habido una gran endogamia a la hora de elaborar normativas. Si hubieran preguntado, si hubieran aceptado la colaboración que le ofrecíamos, las 25 propuestas hubieran estado recogidas en los distintos reales decreto ley de medidas urgentes.
- ¿Cómo fue recibida por el Ejecutivo?
Usted presupone que el ejecutivo quiso recibir las propuestas. Pero no es así. Fíjese, al director general del SEPE le ofrecimos una propuesta de solución para toda la problemática de los ERTE que guardó en un cajón. Ni siquiera la compartió en un principio con sus colaboradores. Poco a poco, el dialogo con el Ejecutivo se va recomponiendo. Esperemos, al final, poder aportar todo lo que nuestra experiencia nos permite.
- Ha construido un altavoz social, a través de la creación de un barómetro. ¿Qué conclusiones generales se extraen del mismo?
La principal conclusión es que la falta de información oficial de muchos aspectos importantes relativa a los negocios, o a los ERTE, o al IMV, ha popularizado nuestro barómetro. Estamos encantados de haber colaborado con cifras, con datos reales, a presentar la situación en la que nos encontramos. Y lo vamos a seguir haciendo.
- ¿Existe alguna medida, adoptada por el gobierno que le parezca plausible (en referencia a las del famoso “escudo social”)?
No me leerá o escuchará pronunciándome sobre las medidas del Gobierno, de este o de otro. Lo que pondré en cuestión es su puesta en práctica, si es o no posible, si va a alcanzar los objetivos previstos, o un posible efecto en los negocios. Pero los gA no estamos para critica a los Gobiernos por sus ideas, si no por su gestión.
- ¿Qué siente cuando le llaman alarmista?
Nada. Porque quien me llama alarmista es aquel que no desea mirar de frente a la realidad. Si estoy equivocado, que me lo digan, y que me digan por qué. Y si no, que utilicen mi análisis para corregir situaciones difíciles.
- ¿En qué le ha cambiado toda esta experiencia?
Si le pregunta usted a quien me conoce, no he cambiado en nada. Sigo siendo el mismo. Voy de frente, digo lo que pienso con argumentos y procuro el bien para mi comunidad.
- ¿Cómo se deconstruye el pesimismo reinante?
Verá, yo estoy para analizar y proponer soluciones. Esto no va de pesimismo. Si somos realistas, analizamos bien la situación, encontraremos soluciones adecuadas. Aquí no hay nueva cocina, aquí debe haber lo de toda la vida: analizar y decidir.
- ¿Y cómo se generan nuevos espacios para la esperanza?
Tomando decisiones adecuadas. Creo que lo he dejado claro durante la entrevista. Los negocios seguirán sacando al país adelante. Hay que dejarles hacer, hay que ayudarles o, en el peor de los casos, no hay que ponerles trabas. España es país de gente brillante, creativa y esforzada. Saldremos. Por favor, si no quieren ayudar, no estorben.
Jaume Amills.