Raquel Flores, una madrileña del barrio de Argüelles, ha creado desde el amor por la cocina y la curiosidad gastronómica la Pizzería López & López, ubicada al lado de la maravillosa y mítica Antigua Taquería de la calle Cabestreros, un precioso bar muy cercano a la plaza del mismo nombre, centro neurálgico de Lavapiés.
Esta enamorada de la gastronomía italiana, decide montar esta pizzería a través de una sala diáfana de grandes dimensiones, donde predominan las mesas de gran tamaño y en la que, al contrario que en el local de al lado, no ha podido hacer nada por conservar los restos del antiguo establecimiento. Este homenaje al deleito romano, toma forma mediante una pizza con una masa más fina y crujiente que las demás.
Raquel ha aprendido el oficio de cero y se ha formado con uno de los pizzeros más renombrados, el manchego Jesús Marquina, coronado cinco veces el mejor del mundo y responsable del local Kilómetros de pizza.
La idea detrás de López & López es sencilla: pizzas de larga fermentación, entre 48 y 72 horas, con masas muy ligeras. Para ello, cuenta con un horno de piedra de la marca italiana Cuppone y unos ingredientes de primera calidad, sin ningún tipo de fosfato o aditamento. El prosciutto (jamón) lo trae directamente de Parma, los tomates son de la variedad de San Marzano, crecidos en las laderas del Vesubio, y en los quesos abundan también las elaboraciones locales: scamorza, gorgonzola, parmesano, pecorino.
Sin embargo, también ha querido hacer honor al nombre de López & López y cuenta con muchos elementos de aquí, lo que hace que encontremos pizzas como la Murciana (con berenjena, calabacín y pimiento rojo, además de mozzarella, passata, parmesano, albahaca y ajo), la Cántabra (con anchoas, queso manchego curado, mozzarella, passata y orégano calabrés) o la Madrileña (con boquerones en vinagre caseros, patatas chips y una base de aceite con ajo morado de Las Pedroñeras), entre más de 20 variedades diferentes, donde también están las clásicas margarita Di bufala, Funghi o Marinara.
pizzería López & López en malasaña.
El éxito de la fórmula en Lavapiés ha animado a su responsable a abrir una segunda sede en Malasaña, más concretamente en la calle Loreto y Chicote. Allí cuenta con un espacio mucho más amplio que luce una original estética industrial que combina muebles de madera, detalles arquitectónicos al desnudo (ladrillo visto, barra y paredes sin enlucir) y diferentes mosaicos hidráulicos en el suelo. Además, ha querido situar el horno en el centro de la sala, lo que permite dividir el espacio en dos: una zona de barra con taburetes altos y mesas grandes de madera para comidas más informales; y un salón, detrás del horno, más resguardado para cenas y reuniones de grupo.
La carta es prácticamente idéntica a la de su antecesor, con más de una veintena de pizzas, algunas incluso con la posibilidad de elaborarse sin gluten y/o queso vegano. ¿La estrella de la casa? La Guanciale, con base de crema de calabaza, gorgonzola, mozzarela, guanciale (embutido italiano preparado con carrillo de cerdo), boletus y permesano; sencillamente, espectacular -más si le añadimos unas gotitas de salsa de chile de árbol para quien se atreva a darle a las pizzas un toque de picante-. Otra opción a tener en cuenta, también por la singularidad de la receta, es la Carciofi, que reemplaza la base de tomate por crema de puerro y, sobre ella, añaden alcachofa marinada y gremolata; nada que ver con lo que hayas probado hasta ahora.
Abraham Rivera para Madrid Diferente.