Rey de reyes es una película estadounidense de 1961 dirigida por Nicholas Ray y con Jeffrey Hunter en el papel principal. Está basada en la vida pública de Jesús de Nazaret. El amplio reparto, con estrellas de varios países, incluye a Robert Ryan, Siobhán McKenna, Frank Thring, Félix Miguel, Hurd Hatfield, Rip Torn, Harry Guardino, Viveca Lindfors y Rita Gam, así como el actor mexicano Rubén Rojo como Mateo y nuestra querida actriz española, Carmen Sevilla en el papel de María Magdalena.
Con guion de Philip Yordan y producida por Samuel Bronston y Metro-Goldwyn-Mayer, la película fue rodada completamente en España y contó con la colaboración de equipo técnico y artístico español, como el decorador Enrique Alarcón, el actor Félix Miguel o el debut en cine de Frank Braña y Aldo Sambrell.
rey de reyes, algunas curiosidades:
En el 63 a. C., Pompeyo conquista y saquea Jerusalén, y hace matar a la mayor parte de los judíos que viven allí. Entra en el templo para tomar el supuesto tesoro de Salomón, y hace matar también a los sacerdotes que estaban allí. Dentro del Templo, solo descubre un rollo de escrituras de Moisés. Aunque estaba por quemarlo, decide entregarlo a un anciano del Templo. Luego, Pompeyo y su ejército llevan a cabo una masacre en las afueras de la ciudad. Años después, estallan rebeliones contra la autoridad de los romanos, que crucifican a muchos de los cabecillas y colocan a Herodes el Grande en el trono de Judea. Así comienza el marco histórico de una trama que ya todos conocemos.
Sin que esté explicitado en el film, se deducen varias teorías provenientes de la época. Por ejemplo, la figura de Barrabás -rebelde judío- encarna a un líder de los zelotes, movimiento insurgente nacionalista de resonada gravitación en la época. Una facción radicalizada conocida como los sicarios se distinguió por su particular virulencia y sectarismo, al punto que utilizaban el homicidio de aquellos civiles considerados colaboracionistas del tutelaje romano. Su objetivo era liberar Judea de las huestes imperiales a través de la lucha armada. Fueron los zelotes quienes propiciaron la gran revuelta Judía del 66-73 d. C. durante la cual controlaron Jerusalén hasta que la ciudad fue finalmente tomada e incendiada por los romanos, quienes de paso destruyeron y saquearon también el Templo. El último coletazo de la resistencia zelote se produjo en el célebre episodio de la fortaleza de Masada, donde tras un año de asedio acabaron todos suicidados.
A tal punto es relevante todo este marco sociopolítico del film, que Ray decide remontarse a la invasión del año 63 a. C., cuando las legiones romanas comandadas por Pompeyo, luego de tres meses de sitio, quebraron la resistencia hebrea y tomaron la ciudad de Jerusalén. De hecho, la obra comienza con una profanación histórica que es a la vez uno de sus hallazgos expresivos: el ingreso del general romano a caballo en el interior del Templo y la posterior orden de matar a lanzazos a la plana mayor de la casta sacerdotal.
Otra característica de este film reside en los colores: En el tratamiento del paisaje, el director busca ser colorido. En lugar del panorama seco y pedregoso originario, vira los tonos hacia rojos, violetas y amarillos. Por momentos, un technicolor con estiletazos impresionistas. Y ese mismo sentido pictórico pretende imprimirle a las masas. Por ejemplo, en el sermón de la montaña, la multitud de extras se reparte una serie estandarizada de túnicas de los mismos tintes verde, blanco, violeta, rojo y mostaza, que se esparcen y se entreveran, todas impecablemente nuevas, al igual que la del mismo Cristo, quien en lugar del blanco tradicional luce una flamante prenda escarlata.
Este clásico del cine, recuerda y memora la vida de Jesús de Nazaret a través de una narrativa no tan común. El director Ray, analiza y simplifica en la escena datos históricos con lo que sumergir al espectador en esta trágica historia.