SUR permanece en la misma línea que ESTE de intentar demostrar, y de compartir con los lectores, que se aprende mucho viajando: de los lugares por los que se pasa, de las personas que uno va conociendo, sobre la vida y, sobre todo, acerca de uno mismo.
No faltan descripciones de los países en los que voy parando; sin embargo, no son las típicas que se pueden encontrar en cualquier guía de viajes. En este segundo periplo, o quizá esta continuación del primero, que inicia en Estocolmo y termina en Ciudad del Cabo, sigo explicando lo diferente que es conocer un país durante unas vacaciones de hacerlo mientras vives en él.
SUR y ESTE pretenden despertar el ánimo de vivir viajando en los que están deseosos de hacerlo y se lo auto prohíben. Y, en el caso de los que realmente no pueden viajar, compartir mis experiencias y proporcionarles motivos para pensar cómo mejorar sus vidas, dentro de sus limitaciones.
Otra motivación para escribir ambos libros de la serie «Puntos Cardinales», fue intentar inculcar la apertura de mente y la carencia de prejuicios en el lector que, a través de mis vivencias, puede comprobar que esa actitud compensa con impagables resultados.
A diferencia de lo duro que fue narrar en un teléfono móvil mi primer libro, que requirió múltiples correcciones –utilizando para ello teclados de cibercafés en países con lenguas tan dispares como Lituania o Albania–, la escritura de SUR, ya armado con un buen ordenador portátil, fue una batalla más fácil de ganar, la disfruté.
Modifiqué también mi estilo. Decidí dejar bien claro a quien lo leyera que el protagonista del libro es él. Para conseguirlo, en lugar de una narración con mensajes de autoaprendizaje y descripciones como la que realicé en ESTE (que tuvo muy buena acogida), utilizo en SUR abundantes diálogos. Esas conversaciones las mantengo, a lo largo del viaje, con personajes con los que puede fácilmente identificarse el lector; intentando con ello transmitirle que me acompaña durante todos mis trayectos, que viene conmigo, que está en mi mente.
Algún experto que ha leído SUR ha destacado la originalidad de este estilo –que ha sido de su agrado–, comunicándome que no conocía previamente ningún libro de viajes y de autoayuda, a la vez, con una estructura interna como esta. No sé, a mí me salió así. Mi alma escribe, quién si no.
Los personajes de SUR son esos seres humanos encontrados en mi camino que me transmiten algo especial, aquellos de los que aprendo, aquellos que hacen que ese aprendizaje sea un proceso lleno de felicidad. En SUR, además, aparecen otras personas que no están viajando, que me comentan uno u otro aspecto de las vivencias que van saliendo a mi encuentro, y mantengo con ellas breves diálogos.
Tras el proceso de escritura de mis libros continúo viajando, por eso los publico en Amazon. Esta también es la razón por la que no veo a mi criatura en formato impreso hasta que regreso a España. Los lectores sostienen un libro que yo no he conocido aún hasta que, después de unos meses, vuelvo a mi país. Sí, podría solicitar que esa empresa de venta en línea me enviara un ejemplar allá donde me encuentre, pero eso implicaría detener mi viaje durante días o semanas, esperando a que llegue (si es que llega algún día) a un domicilio del que carezco. Así sucedió con ESTE, y preveo que así sucederá con SUR. Poseo la versión ebook en mi teléfono y, obviamente, los libros de tapa blanda y dura en formato pdf en mi ordenador; pero eso es distinto a tenerlos entre mis manos.
¿Anécdotas? Miles. En este momento, no recuerdo ninguna que no esté recogida en SUR, aunque seguro que las hay, y muchas. Acuden a mi mente cuando no las busco, vienen ellas solas a ser revividas; se quedan un rato, durante el que las disfruto, feliz; y se van… Aunque, tarde o temprano, regresan para volver a regocijarme.
Fotografía de Carlos Pérez.
Y, por último, amo la vida, amo cada momento que vivo, incluso los duros, que viajando también se dan. Nunca he realizado un curso de escritura, ni de fotografía. No quiero que unas reglas o normas estándares puedan alterar lo que deseo transmitir con mis artículos, con mis libros y con mis fotos. Amo cuanto escribo, como estoy haciéndolo ahora, amo tomar fotos con mi teléfono, y verlas después, y amo viajar.
Quizá sea eso, el amor volcado en ellos, la razón por la que estos «trabajos» logren conmover a mucha gente.
José M. Diéguez Millán
Autor de los libros SUR y ESTE
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