La señora Dalloway, Al faro, Las olas y, por supuesto, Una habitación propia. La escritora británica Virginia Woolf no solo fue una de las figuras más relevantes de la sociedad intelectual londinense del siglo XX: también se ha convertido en una autora esencial de la historia por su prosa, por su fuerza, por destacarse en un mundo de hombres y ser icono e inspiración de feminismos. Los días 6, 16 y 17 de marzo vuelve a Teatro del Barrio, con versión y dirección de María Ruiz e interpretación de Clara Sanchis, el espectáculo Una habitación propia, tras siete años en gira.
“Les dije suavemente que bebieran vino y que tuvieran una habitación propia”, escribe en su diario Virginia Woolf en 1928. Acaba de dar una serie de charlas, en Cambridge, a la primera generación de jóvenes universitarias, sobre el tema de las mujeres y la literatura, que son el origen de este texto indispensable, y en esta versión escénica, un discurso irónico y emocionante con música en directo que ya se ha convertido en un clásico de la escena.
Una experiencia imaginaria, vívida y humorística que desemboca como un río inexorable en algunas de las ideas más inteligentes y de apariencia más sencilla sobre el papel de las mujeres en el mundo.
Virginia Woolf escribe Una habitación propia cuando está sucediendo la mayor revolución social de todos los tiempos: la igualdad de hombres y mujeres ante la ley. Solo hace nueve años que se le ha concedido el voto a la mujer. “Sois conscientes de que las mujeres quizás seamos el animal más discutido del universo?, nos pregunta la escritora británica.
“Es increíble que casi un siglo después esta maravilla de libro siga siendo un mito de la igualdad. Una enorme explosión que, en manos de María Ruíz, multiplica su impacto. Clara Sanchis llena el escenario con toda su fuerza y su delicadeza, y nos traslada a los rincones de la mente de Virginia Woolf”. Vista teatral
“Magistral. Y en el cuerpo a cuerpo con el espectador, soberbia Clara Sanchis. Hace comedia y hace tragedia”. Javier Villán. El Mundo.
“Una pletórica Clara Sanchis, una actriz llena de fuerza y delicadeza, de firmeza y decisión, se funde y se confunde con Woolf durante la más de hora y cuarto de monólogo, interrumpido únicamente por las notas de un piano que ella misma toca con idéntica maestría con la que utiliza su voz, su movimiento corporal y su gesto sobre la escena”. José Miguel Vila, Diario Crítico.
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